lunes, 25 de enero de 2010

Apuntes sobre el concepto de lo rural

Cristino Alberto Gómez

25/01/2010

Para definir lo rural no existe una convención o acuerdo. Se ha definido de diferentes maneras, atendiendo a divergentes puntos de vista, frecuentemente visualizando lo rural con la idea de atraso, aislamiento y pobreza.

Existen diferentes acepciones. Una de ellas vincula lo rural al sector agrícola, presuponiendo que se trata de ruralidad cuando la economía depende de actividades primarias, normalmente agricultura, silvicultura, minería y pesca. Se asocia lo rural también con la pobreza. Una segunda acepción considera como rural aquello que no es urbano, utilizando normalmente indicadores demográficos.

Resultan curiosas las definiciones de lo rural y urbano del Diccionario de la Real Academia Española (www.rae.es):

rural.

(Del lat. rurālis, de rus, ruris, campo).

1. adj. Perteneciente o relativo a la vida del campo y a sus labores.

2. adj. Inculto, tosco, apegado a cosas lugareñas.

urbano, na.

(Del lat. urbānus).

1. adj. Perteneciente o relativo a la ciudad.

2. adj. Cortés, atento y de buen modo.

3. m. Individuo de la milicia urbana.

Podemos determinar en la segunda acepción aportada por la RAE para cada palabra, un marcado preconcepto de lo rural como desechable y lo urbano como apreciable. De no ser así, ¿qué diferencia tiene alguien “cortés, atento y de buen modo” con respecto a alguien inculto y tosco? Si escudriñamos buscando el significado de tosco en el mismo diccionario, veremos en las dos primeras definiciones, que significa “Grosero, sin pulimento ni labor” o “Inculto, sin doctrina ni enseñanza”. Por otro lado, cortés significa “Atento, comedido, afable, urbano”, reafirmándose las definiciones de rural y urbano.

Otra definición, que me parece menos sesgada, es la que se fundamenta en el concepto del territorio. Así, pues, se considera rural una zona con la suficiente “oferta de recursos naturales que determina patrones de apropiación y permanencia en el territorio en procesos históricos” (Echeverri y Ribero, 2002). Quiere decir que una comunidad es rural cuando, por su oferta de recursos naturales, sus habitantes logran desarrollar un sentido de pertenencia al territorio tal que se disponen a construir sociedad con base en esos recursos naturales. Así lo entiendo a partir de la citada definición, según la cual podrían existir incluso centros urbanos dentro de un territorio rural, cuya existencia es determinada por la manera como aprovechan los recursos naturales.

El concepto demográfico y pasivo de lo rural

Muchos países diferencian lo urbano de lo rural atendiendo a la cantidad de habitantes en total de las comunidades. Rodríguez y Saborío (2008) ofrecen como ejemplo a México y Venezuela (2500 habitantes es el corte urbano-rural), Argentina, Bolivia y Honduras (2000), Panamá (1500), Nicaragua (1000).

Bien, si tomamos estos datos en consideración podemos inferir que al comparar el porcentaje de población rural de otro dato que discrimine entre lo rural y lo urbano, se puede inducir a errores de interpretación. Ante esto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD) da una alternativa: la de tomar en cuenta la densidad, en su caso llamando urbanas a comunidades con menos de 150 habitantes por kilómetro cuadrado (Rodríguez y Saborío, 2008). Sin embargo, otro aspecto a tomar en cuenta, y que no queda cubierto por esta alternativa de la OECD, es en qué porción de la comunidad se aglomera la población, pues se puede dar el caso de una comunidad con áreas poco pobladas y áreas muy habitadas, llenando de complejidad la posibilidad de diferenciar lo rural de lo urbano.

En todo caso, definir lo rural como residuo, considerando como rural lo que no es urbano, obedece a un enfoque urbano-céntrico y por tanto sesgado. Considero que lo rural existe independientemente de las similitudes o diferencias con respecto a lo urbano. Hay una esencia en lo rural que no puede supeditarse a derivar su definición a partir del concepto de lo urbano. Definirlo así es menospreciar la ruralidad desde su propia idea.

Existe lo rural y existe lo urbano; ambos conceptos pueden entenderse por separado, aunque en la práctica no puede aislarse lo rural de lo urbano, pues sus límites son indefinidos. Bajo este enfoque no existe lo completamente rural ni lo completamente urbano, sino que puede pensarse en escalas que definen si es más rural o más urbano, pero no de manera discontinua.

Lunes 25 de enero de 2010

9:08 PM

CATIE, Turrialba

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Fuentes consultadas:

Echeverri Perico, Rafael y María Pilar Ribero. 2002. Nueva ruralidad: visión del territorio en América Latina y el Caribe. Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). ISBN: 958-9328-40-7. San José, Costa Rica.

Real Academia de la Lengua Española. “Diccionario de la Lengua Española”. Vigésima segunda edición. Disponible en la World Wide Web: http://www.rae.es. Consultado 25 ene 2010.

Rodríguez, Adrián y Milagro Saborío. 2008. Lo rural es diverso: evidencia para el caso de Costa Rica. Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). ISBN13: 978-92-9039-855-4. San José, Costa Rica.

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