Estimados colegas:
Cuando se habla de agricultura orgánica, una reacción muy común es considerar que se trata de una utopía, que una agricultura diferente de la convencional está fuera de lo posible. Sin embargo, está claro que los efectos del uso indiscriminado de los productos químicos en la agricultura convencional sobre el ambiente y la humanidad descalifica ese tipo de prácticas ante lo que se llama sostenibilidad.
Me gusta pensar en las fincas que se manejan tradicionalmente, que producen lo necesario para sobrevivir en comunidades donde no ha llegado en lleno la llamada "Revolución Verde". Y entonces me doy cuenta que el suelo puede producir sin que se le recete una fórmula química, sin que se eliminen -y precisamente con ayuda de- los organismos que lo habitan. Bien, en este contexto surge una pregunta: ¿Es recomendable cultivar sin aplicar nada al suelo? La respuesta no será del todo positiva. Pero sí es recomendable y posible mejorar la producción sin necesidad de recurrir a infinidad de insumos externos a los que pueden conseguirse dentro de la finca, porque lo que las plantas han consumido del suelo se puede devolver mediante el uso de partes de las mismas plantas y jamás por la aplicación de tres o cuatro elementos como ocurre con los fertilizantes químicos. Es recomendable y posible, porque el suelo mejora cuando se aumenta su diversidad biológica, no cuando ésta se reduce por la acción de un plaguicida sintético.
En busca de alternativas que mejoren no sólo la producción durante un ciclo de cultivo sino la fertilidad y la vida del suelo, surge la propuesta de fomentar las prácticas orgánicas, y dentro de ellas el uso de abonos, bioestimulantes, caldos microbiales y otros productos orgánicos cuya aplicación favorezca la calidad de los suelos para obtener, de manera amigable con el medio, productos sanos que serán ofrecidos al consumidor, quien estará dispuesto a retribuir económicamente, aumentando así los ingresos del productor.
He preparado una serie de documentos breves y sencillos que pueden ser utilizados por los técnicos extensionistas para instruir a los agricultores sobre la elaboración de abonos orgánicos. Los utilicé para capacitar técnicos y productores de cacao y he decidido compartirlos con ustedes, así que espero les sean de utilidad.
Cuando se habla de agricultura orgánica, una reacción muy común es considerar que se trata de una utopía, que una agricultura diferente de la convencional está fuera de lo posible. Sin embargo, está claro que los efectos del uso indiscriminado de los productos químicos en la agricultura convencional sobre el ambiente y la humanidad descalifica ese tipo de prácticas ante lo que se llama sostenibilidad.
Me gusta pensar en las fincas que se manejan tradicionalmente, que producen lo necesario para sobrevivir en comunidades donde no ha llegado en lleno la llamada "Revolución Verde". Y entonces me doy cuenta que el suelo puede producir sin que se le recete una fórmula química, sin que se eliminen -y precisamente con ayuda de- los organismos que lo habitan. Bien, en este contexto surge una pregunta: ¿Es recomendable cultivar sin aplicar nada al suelo? La respuesta no será del todo positiva. Pero sí es recomendable y posible mejorar la producción sin necesidad de recurrir a infinidad de insumos externos a los que pueden conseguirse dentro de la finca, porque lo que las plantas han consumido del suelo se puede devolver mediante el uso de partes de las mismas plantas y jamás por la aplicación de tres o cuatro elementos como ocurre con los fertilizantes químicos. Es recomendable y posible, porque el suelo mejora cuando se aumenta su diversidad biológica, no cuando ésta se reduce por la acción de un plaguicida sintético.
En busca de alternativas que mejoren no sólo la producción durante un ciclo de cultivo sino la fertilidad y la vida del suelo, surge la propuesta de fomentar las prácticas orgánicas, y dentro de ellas el uso de abonos, bioestimulantes, caldos microbiales y otros productos orgánicos cuya aplicación favorezca la calidad de los suelos para obtener, de manera amigable con el medio, productos sanos que serán ofrecidos al consumidor, quien estará dispuesto a retribuir económicamente, aumentando así los ingresos del productor.
He preparado una serie de documentos breves y sencillos que pueden ser utilizados por los técnicos extensionistas para instruir a los agricultores sobre la elaboración de abonos orgánicos. Los utilicé para capacitar técnicos y productores de cacao y he decidido compartirlos con ustedes, así que espero les sean de utilidad.
Atentamente,
Agrón. Cristino Alberto Gómez
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