Por Luis B. Gómez L.
2 de mayo de 2008
La crisis alimentaria que ha surgido en los últimos meses y el elevado precio de productos básicos como el arroz, el maíz, la soja y el trigo, han puesto la situación en la mira del mundo.
El problema es atribuido por algunos, entre otras razones, a las políticas del FMI que han impuesto a los países pobres la importación de rubros por ser más barato que producirlos para reducir la deuda externa, al uso de cultivos alimenticios para producir biocombustibles, al crecimiento del nivel de vida de países exportadores y a la "destrucción" de la agriculturua en países pobres por causa de los subsidioos de los países ricos; algunos han asegurado que la especulación ha sido mayor que la problemática.
Las causas de esta situación son realmente serias. Algunos países han limitado las exportaciones del arros, por ejemplo, y la escasez y elevados precios de estos productos antes mencionados no solo consiste en su directa falta, sino también en la producción de animales como el cerdo y el pollo.
Sin embargo, la escasez puede ser mayor para los tiempos venideros. Ahora bien, en países del tercer mundo, como la República Dominicana, esta situación puede verse como una alerta para tomar decisiones antes de ser víctimas mayores de la problemática. Es una evidente el desinterés real del estado por consolidar la agricultura como es posible en la República Dominicana. Es por esto que, podemos asegurar que esta advertencia es una oportunidad para planificar una agricultura creciente en nuestro país.
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